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- venezia
- qué he de decir sobre mí...los que me conocéis ya sabéis lo que soy, los que no...por algo estáis aqui...
miércoles, 28 de marzo de 2007
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita;
que si vivo sin mí quiero perderte.
El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.
Con 15 años encontré este poema de Lorca pegado en la ventana del dormitorio de mis tías en casa de mi abuela, creo que hasta ese momento nunca me había llamado la atención la poesía, pero fue tal el impacto que me quede allí mirándolo fijamente hasta que estuve segura de haberlo memorizado. A partir de ese día nunca deje de visitarlo cada vez que iba a casa de mi abuela, y aun hoy después de mas de 15 años lo recuerdo como si fuese ayer...que cosas.
jueves, 22 de marzo de 2007
recuerdos...
Cuando hayas acabado, copia este pequeño párrafo en tu blog y sorpréndete (u horrorízate) con las cosas que la gente recuerda de ti
jueves, 15 de marzo de 2007
martes, 13 de marzo de 2007
Por fin la Alhambra...
Descubrí cosas como que en la fuente que hay en la sala de los Abencerrajes, las manchas de óxido que ha dejado el tiempo, según cuenta la leyenda, son manchas imborrables de la sangre derramada en la cruenta matanza que termino con las vidas de todos ellos...También pude comprobar el increíble efecto que se produce en las paredes de la sala de los secretos.Dos personas situadas de cara a dos esquinas opuestas y de espaldas entre ellas son capaces de escuchar los susurros del otro tal y como si estuviese susurrando en su oido...sorprendente...pero el nombre es acertadísimo, ya que entre sus paredes es imposible guardar un secreto.
Descubrí también, esto ya en el Generalife, el Patio del Ciprés y a qué debe su nombre.Es curioso que no lo recordase de mis anteriores visitas, ya que muy a pesar de algunas personas esa clase de anécdotas me llaman mucho la atención.
No diré que disfruté de la visita al Generalife tanto como esperaba, pero esa no es una historia para contarla en este momento y en este lugar...Sólo diré que alguien me debe al menos una nueva visita a Granada, Alhambra incluida.
jueves, 8 de marzo de 2007
Antes de buscar un sitio para cenar subimos por la cuesta de Gomeres hasta donde empieza el camino para subir a la Alhambra y fue un descubrimiento tan sorprendente que decidimos hacer el camino ala inversa a la luz del sol.
Como aún era temprano no se nos presentaron demasiados problemas para encontrar un buen sitio donde tapear. Las tapas eran algo diferentes de como las recordaba de la última vez, pero por 1,70€ la caña y el "tapón", como decían por allí, se cenó bastante bien.
El sitio no era ni mucho menos de lujo, pero yo no hubiese cenado mejor en un restaurante de 5 tenedores, aunque pensándolo bien quizá tengan algo que ver en esa apreciación los tintos de verano que acompañaron a mis "tapones"..., o tal vez que la tasca estaba decorada al estilo medieval, y entre armaduras y escudos de armas me sentía como la princesa que siempre soñamos ser de pequeñas.
Al día siguiente queríamos volver a madrugar, así que decidimos volver al hostal a dormir algo...
miércoles, 7 de marzo de 2007
Caminamos hasta la carrera del Darro, aquí el paseo se estrecha de tal forma que en algunos casos queda el espacio justo entre el Darro y los edificios para que un coche pase dificilmente.
Salimos de la tetería callejero en mano con la intención de perdernos durante al menos un par de horas por las calles de uno de los barrios más emblemáticos de Granada, el Albaicín. No es difícil imaginar porqué es patrimonio de la humanidad...pasear por sus calles es como retroceder algunos cientos de años en el tiempo, cada esquina esconde algún antiguo secreto, cada cuesta cuenta una historia, tan sólo hay que ver las fachadas de las casas, los jardines de algunas de ellas invitan a imaginarse en un tiempo remoto, en un lugar distinto. Casi como sin darnos cuenta llegamos al Mirador de San Nicolás, su espectacular vista de la Alhambra corta la respiración, y es sorprenderte la cantidad de gente que se reune allí.
Además de turistas con sus cámaras siempre dispuestas, hay gente de todo tipo, desde un chico tocando la guitarra hasta una chica con un puesto ambulante de bisutería como la mía...!
Después de un merecido descanso y de la habitual sesión de fotos,( debo admitir que con la cámara en la mano soy insufrible), decidimos ir bajando por una larga cuesta desde dónde suponíamos tendríamos unas vistas bastante buenas del Sacromonte.Hubiese estado muy bien pasear por la calle principal de este pintoresco barrio granadino, pero oímos decir que no era muy aconsejable, así que por una vez decidimos hacer caso a los entendidos...
Bajamos hasta el Paseo de Padre Manjón, más conocido como Paseo de los Tristes por una larga cuesta con unas vistas del Sacromonte muy bonitas...
La idea era recorrer este paseo hasta la Carrera del Darro antes de cenar.
lunes, 5 de marzo de 2007
GRANADA, TIERRA SOÑADA POR MI...
viernes, 2 de marzo de 2007
jueves, 1 de marzo de 2007
EL SEMINARISTA DE LOS OJOS NEGROS
abierta en verano, cerrada en invierno
por vidrios verdosos y plomos espesos,
una salmantina de rubio cabello
y ojos que parecen pedazos de cielo,
mientas la costura mezcla con el rezo,
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.
Baja la cabeza, sin erguir el cuerpo,
marchan en dos filas pausados y austeros,
sin más nota alegre sobre el traje negro
que la beca roja que ciñe su cuello,
y que por la espalda casi roza el suelo.
Un seminarista, entre todos ellos,
marcha siempre erguido, con aire resuelto.
La negra sotana dibuja su cuerpo
gallardo y airoso, flexible y esbelto.
él, solo a hurtadillas y con el recelo
de que sus miradas observen los clérigos,
desde que en la calle vislumbra a lo lejos
a la salmantina de rubio cabello
la mira muy fijo, con mirar intenso.
Y siempre que pasa le deja el recuerdo
de aquella mirada de sus ojos negros.
Monótono y tardo va pasando el tiempo
y muere el estío y el otoño luego,
y vienen las tardes plomizas de invierno.
Desde la ventana del casucho viejo
siempre sola y triste; rezando y cosiendo
una salmantina de rubio cabello
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.
Pero no ve a todos: ve solo a uno de ellos,
su seminarista de los ojos negros;
cada vez que pasa gallardo y esbelto,
observa la niña que pide aquel cuerpo
marciales arreos.
Cuando en ella fija sus ojos abiertos
con vivas y audaces miradas de fuego,
parece decirla: —¡Te quiero!, ¡te quiero!,
¡Yo no he de ser cura, yo no puedo serlo!
¡Si yo no soy tuyo, me muero, me muero!
A la niña entonces se le oprime el pecho,
la labor suspende y olvida los rezos,
y ya vive sólo en su pensamiento
el seminarista de los ojos negros.
En una lluviosa mañana de invierno
la niña que alegre saltaba del lecho,
oyó tristes cánticos y fúnebres rezos;
por la angosta calle pasaba un entierro.
Un seminarista sin duda era el muerto;
pues, cuatro, llevaban en hombros el féretro,
con la beca roja por cima cubierto,
y sobre la beca, el bonete negro.
Con sus voces roncas cantaban los clérigos
los seminaristas iban en silencio
siempre en dos filas hacia el cementerio
como por las tardes al ir de paseo.
La niña angustiada miraba el cortejo
los conoce a todos a fuerza de verlos...
tan sólo, tan sólo faltaba entre ellos...
el seminarista de los ojos negros.
Corriendo los años, pasó mucho tiempo...
y allá en la ventana del casucho viejo,
una pobre anciana de blancos cabellos,
con la tez rugosa y encorvado el cuerpo,
mientras la costura mezcla con el rezo,
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.
La labor suspende, los mira, y al verlos
sus ojos azules ya tristes y muertos
vierten silenciosas lágrimas de hielo.
Sola, vieja y triste, aún guarda el recuerdo
del seminarista de los ojos negros...
Miguel Ramos Carrión
Amistades...
Cuanto menos, me resulta sorprendente ver la facilidad con que la gente alardea de las muchas amistades que tiene...
No sé, debe ser que tengo una concepción diferente de lo que es un verdadero amigo.
Por ejemplo, hay mucha gente que cree que un amigo es alguien con quien se queda de vez en cuando para hablar un rato de cosas más o menos importantes, otros consideran amigos a aquellos que están siempre dispuestos a salir a divertirse, echarse unas risas, unas copas...Los hay incluso que creen que los amigos van y vienen dependiendo de las circunstancias, de la época de nuestra vida o simplemente de lo que necesitamos o nos apetece en cada momento...
Los verdaderos amigos no van y vienen, están siempre ahí, incluso aunque no los veamos muy amenudo, no te buscan, ni esperan que los busques sólo en los buenos momentos, no esperan escuchar de tus labios sólo sus virtudes, sino también sus defectos y no sólo te dicen lo que esperas escuchar, también lo que no deseas oír, no hace falta que digan que siempre van a estar ahí para ti, te hacen sentir que es así, no mienten, no te dejan sólo cuando necesitas estar con alguien,no te hacen sentir utilizado, en definitiva, un verdadero amigo no es aquel que sólo lo es cuando necesita de ti...
Es curioso cómo puedes sentir a veces que a esa persona que apenas ves o con quien apenas hablas le importas mil veces más que a esa otra que te ha repetido hasta la saciedad lo importante que eres para ella...
¿Debería dolerme admitir que me sobran más de la mitad de los dedos de una mano para contar a quien hoy por hoy considero amigos de verdad?
Muchas cosas...
El viaje a Granada lo dejare para más adelante, me gustará poner algunas fotos, pero aun no he podido ni descargarlas, así que paciencia...